Bicarbonato de sodio

Si bien estos dos ingredientes tienen mucho en común, no son iguales. Ambos se utilizan en repostería y ayudan a crear la reacción química que hace que los panes y tortas se leven. La diferencia es que el polvo de hornear está hecho de bicarbonato de sodio pero también incluye un ácido pulverizado, generalmente crémor tártaro, en su composición. Esto significa que lo único que necesita el polvo de hornear para provocar una reacción es humedad. A diferencia del bicarbonato de sodio, no necesita ningún agregado ácido.

Entonces, ¿por qué utilizamos el bicarbonato de sodio? La respuesta es que las recetas varían ampliamente en cuanto a los niveles de acidez y sabor. Y, para complicar el asunto más aun, algunas recetas indican el uso tanto del bicarbonato de sodio como del polvo de hornear. Muchas veces, estas recetas contienen algún ingrediente ácido, como por ejemplo frutos del bosque, pero el dióxido de carbono que se genera cuando el bicarbonato de sodio reacciona con el ácido no es suficiente para leudar, es decir levantar, la cantidad de masa. En esos casos es cuando el polvo para hornear es muy útil, y ayuda a que la masa leude.

Se sabe que el bicarbonato de sodio brinda algunos beneficios para la salud. Puede ayudar a tratar la acidez estomacal al neutralizar el ácido estomacal. También ayuda a blanquear los dientes al remover las manchas.

El bicarbonato de sodio, al contener sodio y bicarbonato, puede ser venenoso si se consume en grandes cantidades. Como medida preventiva, el Centro Nacional de Control de Envenenamientos recomienda mantener el bicarbonato de sodio fuera del alcance de los niños. El centro también sugiere que, en caso de que se utilice bicarbonato de sodio para absorber los malos olores dentro del refrigerador, los padres deberán colocar el recipiente que contiene esta sustancia tan atrás como sea posible en el refrigerador, fuera del alcance de los niños.