Puntos clave/descripción general
El tetracloruro de carbono es un líquido transparente, incoloro y volátil de olor dulce que puede detectarse en niveles bajos y se usa como materia prima o agente de procesamiento para la fabricación de otras sustancias y productos químicos.1
El TCC es un disolvente que se usa en entornos comerciales como materia prima para producir otros productos químicos que se usan en refrigeración, aire acondicionado y otras aplicaciones, de acuerdo con la Ley de Aire Puro y el Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan la Capa de Ozono.2
Usos y beneficios
El tetracloruro de carbono es el producto de base para las alternativas de hidrofluorolefina (HFO) con bajo potencial de calentamiento global (PCG) que se usan en los refrigerantes de próxima generación para los sistemas de aire acondicionado de automóviles fabricados en EE. UU. Estas pueden permitir el cumplimiento de la Enmienda de Kigali3 y la Ley Estadounidense de Innovación y Manufactura (AIM)4, y permite a las empresas estadounidenses mantener la competitividad en los mercados mundiales.
El TCC es un producto de base en los agentes antiespumantes para productos de aislamiento que ayuda a aumentar la eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Información de seguridad
El tetracloruro de carbono se puede encontrar en el aire, tanto en el exterior como en el interior, de las instalaciones donde se fabrica y cerca de ellas. El tetracloruro de carbono actualmente no se usa como reactivo directo ni aditivo en la formulación de productos de consumo.5
En diciembre de 2022, la EPA publicó una revisión definitiva de la determinación de riesgos para el tetracloruro de carbono, que modifica la evaluación de riesgos de noviembre de 2020 para el tetracloruro de carbono en virtud de la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA) modificada. La EPA ha determinado que la exposición al TCC puede presentar un riesgo injustificado para los trabajadores a menos que se implementen las medidas de control adecuadas.6
Las instalaciones que fabrican TCC y lo usan como producto intermedio están cubiertas por los Estándares Nacionales de Emisión de Contaminantes Atmosféricos Peligrosos (NESHAP) para la industria de fabricación de productos químicos orgánicos sintéticos (SOCMI), que requieren sistemas cerrados donde la exposición está estrictamente controlada. Y dichas instalaciones deben cumplir con los límites del lugar de trabajo establecidos por la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA). La OSHA estableció un límite de 10 partes por millón (ppm) de tetracloruro de carbono en el aire en el lugar de trabajo para una jornada laboral de 8 horas, en una semana laboral de 40 horas.7