¿Alguna vez escuchó que su taza de café podría incluir una advertencia sobre el riesgo de cáncer en California?
Para muchas personas, la idea de comenzar la mañana sin una taza de café latte o espresso doble es inconcebible. Pero entonces, ¿qué sucede en California?
El tema en California surge a partir de la Propuesta 65, que exige que los restaurantes, negocios, escuelas y otros lugares públicos del estado adviertan a las personas, mediante un cartel en el negocio o una etiqueta en el producto, si están expuestas a alguna sustancia de la lista de 65 sustancias propuestas en niveles que podrían representar un riesgo de cáncer. La lista de 65 sustancias propuestas incluye sustancias químicas clasificadas por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) u otras agencias como posibles o potenciales sustancias cancerígenas.
En el caso del café, la sustancia química acrilamida, que se genera durante el proceso de torrefacción del grano de café, es la sustancia en cuestión.
¿Qué es la acrilamida?
La acrilamida es un compuesto químico que se produce en varios alimentos durante su cocción y exposición a fuego alto, como panes horneados y papas horneadas y fritas, o carnes cocinadas en el horno grill. La acrilamida también se produce naturalmente en muchos otros alimentos, como aceitunas negras, espárragos, frutos secos, jugo de ciruelas, almendras tostadas, galletas, cacao en polvo y chocolate.
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), es probable que la acrilamida siempre haya estado presente en los alimentos cocinados, pero se detectó por primera vez en algunos alimentos en el año 2002.
¿La acrilamida puede causar cáncer?
Según el Instituto Nacional del Cáncer, en algunos estudios en roedores se detectó que la exposición a la acrilamida podría aumentar el riesgo de algunos tipos de cáncer. Sin embargo, de acuerdo con la Sociedad Americana contra el Cáncer, las dosis de acrilamida administradas en estudios realizados en animales fueron de 1000 a 10 000 veces más altas que los niveles presentes en alimentos a los cuales podrían estar expuestas las personas.
Si bien la IARC clasificó a la acrilamida como probable carcinógeno en función de los estudios en animales, la mayoría de los estudios realizados en seres humanos no detectaron una “asociación estadísticamente significativa entre la ingesta de alimentos con acrilamida y varios tipos de cáncer”, según los estudios informados en el Journal of Nutrition and Cancer.
¿Qué sigue?
Los defensores de la industria del café y expertos científicos no están de acuerdo con las etiquetas de advertencia y citan otras investigaciones de la IARC que indican que varios estudios demostraron que “el consumo de café no tiene efectos carcinogénicos”. Además, otros sectores presionan al estado de California para que refuerce la información clara de su programa de etiquetado para reducir la confusión de los consumidores.
Estudios académicos recientes también sugieren que la bebida posee numerosos beneficios para la salud. En el 2017, el BMJ publicó una revisión de más de 200 estudios que vinculaban el consumo de café con diversos resultados positivos en materia de salud, como menor riesgo de diabetes y menor riesgo de tener Alzheimer.
Mientras tanto, la popularidad del café aún parece fuerte: un registro reciente indica que los estadounidenses consumen 400 millones de tazas de café por día.
Para obtener más información sobre la presencia de acrilamida en los alimentos, visite el sitio web de la FDA.