Peróxido orgánico | Usos, beneficios e información sobre la seguridad química

Peróxidos orgánicos

Los peróxidos orgánicos se utilizan para iniciar un proceso llamado polimerización, el cual da lugar a polímeros plásticos. Los peróxidos orgánicos son esenciales en la fabricación de plásticos como el poliestireno, el cloruro de polivinilo y productos compuestos como la fibra de vidrio. Hay cientos de peróxidos orgánicos diferentes, cada uno con sus propias propiedades y usos que les permiten crear diferentes polímeros con diferentes calidades. 

Usos y beneficios

Los peróxidos orgánicos son una familia de compuestos químicos utilizados en la fabricación de una variedad de plásticos y materiales de construcción, además de para ciertos productos farmacéuticos y para el tratamiento de la piel.


Los peróxidos orgánicos se utilizan en una serie de aplicaciones industriales:



  • Las industrias del plástico y el caucho son las que más recurren a los peróxidos orgánicos. Los peróxidos orgánicos y las mezclas que contienen un peróxido orgánico se utilizan como acelerantes, activadores, catalizadores, reticulantes, agentes de curado, endurecedores, iniciadores e impulsores.

  • Al contrario que la mayoría de productos químicos, el objetivo de un peróxido es descomponerse. De esta forma, genera radicales útiles que pueden formar resinas poliméricas, como el poliéster y la silicona, para hacer fibra de vidrio y otros productos.

Información de seguridad

Algunos peróxidos orgánicos son térmicamente inestables y deben almacenarse a bajas temperaturas. Seguir las prácticas recomendadas de almacenamiento y manipulación puede reducir de forma efectiva el riesgo de incendio o explosión asociado con los peróxidos orgánicos. 


Los fabricantes de peróxidos orgánicos siguen procedimientos estrictos de manipulación segura, lo que incluye almacenar los contenedores de peróxido en zonas bien ventiladas, lejos de cualquier fuente de calor o llamas, y asegurarse de que dichos contenedores se mantienen a la temperatura máxima de almacenamiento recomendado para el producto o por debajo de esta.


En caso de incendio, las normas de seguridad recomiendan utilizar espray de agua, productos químicos secos, o dióxido de carbono como agentes extintores. Se recomienda agua para controlar y contener los incendios de peróxido dado que ofrecerá el mejor enfriamiento, lo que reducirá la tasa de descomposición del peróxido y, por tanto, reducirá la energía que alimenta al fuego. Sin embargo, el agua no extinguirá un incendio de peróxido orgánico. La mayoría de peróxidos orgánicos son más ligeros que el agua y pueden arder sobre superficies líquidas. Cualquier incendio se asemejará con probabilidad a un incendio de gasolina, y podría ser explosivo e intenso.


Los peróxidos orgánicos se descomponen para formar gases que incluyen hidrocarburos y algunos alcoholes. La mayoría de estos normalmente se quemarían en un incendio que resulte de la descomposición de un peróxido orgánico, pero algunos pueden ser transportados hacia arriba por columnas de humo desde el fuego. El humo será liberado a la atmósfera y se disipará.


Algunos peróxidos orgánicos también pueden contener algún disolvente utilizado para diluir el producto, con frecuencia haciéndolo más seguro para su manipulación y almacenamiento. El disolvente utilizado es aguarrás, similar al combustible diésel. Los productos derivados de esta combustión serían similares a aquellos vistos en el combustible diésel habitual.


En términos de impacto a la salud humana, la exposición directa a peróxidos orgánicos puede causar irritación ocular, respiratoria o cutánea, además de náuseas, somnolencia o mareo. En caso de exposición, póngase en contacto con un médico o acuda al servicio de urgencias del hospital más cercano.