Formaldehído

Todas las formas de vida (bacterias, plantas, peces, animales y humanos) producen formaldehído naturalmente como parte del metabolismo celular. El formaldehído también es una sustancia química básica y fundamental en la producción de cientos de artículos como vacunas o elementos para el cuidado personal¹. Sin embargo, queda muy poco formaldehído, si es que queda algo, en los productos finales que usan los consumidores.

Desde hace mucho tiempo se usan pequeñas cantidades de formaldehído para la fabricación de vacunas virales y bacterianas. Algunas vacunas, como la antipoliomielítica, usan el virus completo para provocar una respuesta inmunitaria y proteger contra futuras infecciones. El formaldehído se usa para inactivar el virus o la bacteria en la vacuna antes de administrarla al paciente. El formaldehído también se puede usar para eliminar las toxinas bacterianas de las vacunas, como la toxina que se usa para hacer la vacuna contra la difteria. El formaldehído también se agrega como conservador a algunas vacunas para prevenir el crecimiento de bacterias u hongos. La cantidad de formaldehído presente en las vacunas es tan pequeña, en comparación con la cantidad que existe naturalmente en el organismo, que no representa una preocupación en cuanto a la seguridad.

Según la información del Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud, el formaldehído suele estar presente tanto en el aire de ambientes de interior como en el exterior en niveles bajos, generalmente menos de 0.03 partes de formaldehído por millón de partes de aire (muy por debajo del umbral que resulta molesto para la mayoría de las personas)⁸.

El formaldehído es una sustancia muy regulada. Las regulaciones gubernamentales obligatorias establecen estándares para la producción, el almacenamiento, la manipulación y el uso seguros del formaldehído, para proteger la salud humana y el medioambiente. El formaldehído es uno de los compuestos comerciales mejor estudiados y su perfil de riesgo ha sido bien caracterizado. Según los CDC, el formaldehído se metaboliza rápidamente en el organismo; se descompone rápidamente, no es persistente y no se acumula en el medioambiente⁹. La Organización Mundial de la Salud, entre otros, concluyó que no hay evidencia científica de que los niños sean más o menos susceptibles que los adultos a la exposición al formaldehído¹⁰.

Se ha establecido en la literatura científica que cualquier asociación posible entre el formaldehído inhalado y el cáncer está ligada únicamente a exposiciones significativas y prolongadas. En función de los estudios científicos más recientes, es poco probable que el formaldehído inhalado pueda desencadenar en el organismo los mecanismos necesarios para causar tipos de cáncer asociados con las células sanguíneas, como la leucemia, porque el formaldehído inhalado no pasa más allá de los tejidos nasales (ya que se metaboliza rápidamente) y no llega a la médula ósea, donde se originan las enfermedades de la sangre¹¹.

El cáncer nasofaríngeo (NPC) es una forma muy rara de cáncer, y los resultados de los estudios en humanos no han encontrado una asociación entre la exposición al formaldehído y el NPC. El único estudio realizado por el Instituto Nacional del Cáncer en 25 000 trabajadores de 10 plantas diferentes que usaban o fabricaban formaldehído informó 6 casos de NPC en una de las plantas, pero al volver a analizar los datos, los casos de NPC se atribuyeron a exposiciones a otros factores de riesgo conocidos¹².

Varias agencias gubernamentales y organismos con científicos expertos han concluido que la evidencia científica no respalda ninguna asociación entre el asma y la exposición al formaldehído. La OMS concluyó que “no hay evidencia que indique un aumento en la sensibilidad e irritación sensorial por formaldehído entre las personas que suelen considerarse como susceptibles (los asmáticos, los niños y las personas mayores)”¹³. Un informe de la Academia Nacional de Ciencias resumió los estudios clínicos controlados disponibles y evaluó si el formaldehído causa irritación en las personas asmáticas y las que no lo son, y no encontró diferencias en cuanto a la sensibilidad entre los dos grupos (NAS 2004, NRC 2007): "... los individuos asmáticos expuestos al formaldehído en el aire en concentraciones de exposición iguales o inferiores a 3 partes por millón no parecen tener mayor riesgo de padecer una disfunción de las vías respiratorias en comparación con los individuos que no son asmáticos".¹⁴

A lo largo de muchos años de esfuerzos de administración voluntaria y como consecuencia de la regulación de California, los productores de resina de formaldehído y los fabricantes de paneles de madera han empezado a distribuir productos que emiten los niveles de base propios de la madera. Según lo exige la TSCA, la EPA estableció límites de emisión nacionales basados en la medida de control de sustancias tóxicas en el aire de California para controlar las emisiones de formaldehído de los productos de madera compuesta.

Quizá el formaldehído es más conocido por sus propiedades conservadoras y antibacterianas, pero la química a base de formaldehído se utiliza para elaborar una amplia gama de productos. Por ejemplo, la industria de paneles a base de madera depende de resinas a base de formaldehído para productos de madera compuesta. Pocos compuestos, si es que hay alguno, pueden reemplazar las propiedades químicas del formaldehído en la creación de resinas de alto nivel sin comprometer la calidad y el desempeño, ni encarecer los productos finales. Si bien el formaldehído es un componente básico esencial en una amplia gama de productos de madera, su uso final se concreta, principalmente, en formatos convertidos. Eso significa que, al elaborar el producto final, se consume prácticamente todo el formaldehído.